Media comunidad mapuche contaminada. La situación ha provocado enfermedades especialmente a los ancianos y niños. Los Andes 16 de marzo 1997 

Derrame de hidrocarburos en Neuquén

Media comunidad mapuche contaminada

 

 La situación ha provocado enfermedades a varios aborígenes, especialmente a los ancianos y niños

Los Andes 16/03/97 

Neuquén (DYN). Cerca de la mitad de los miembros de una comunidad mapuche, asentada en proximidades del yacimiento gasífero de Loma de la Lata, está contaminada por los hidrocarburos derramados aguas arriba del río Neuquén.
La situación causó diversas enfermedades entre los aborígenes y en especial afecta a ancianos y niños.
Así lo revela un informe reservado cuyos detalles dio a conocer el diario ``Río Negro'', en el que se indica que uno de cada dos indígenas presenta exceso de plomo en la sangre, mientras que uno de cada tres tiene alta concentración de mercurio en su orina.
El ``dossier'' sería conocido por las subsecretarías de Energía y Salud y las direcciones de Hidrocarburos, Asuntos Indígenas y Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable y de Recursos Hidrológicos de la Provincia.
Las conclusiones del informe se basan en un muestreo efectuado sobre 34 miembros de la comunidad mapuche Paynemil, de Loma de la Lata, un sufrido ``clan'' de 14 familias que vive la paradoja de no tener ni gas ni agua potable, pese a vivir cerca del más importante yacimiento gasífero del país y de tener sus casas a la vera del río Neuquén.
El 50 por ciento de los casos relevados reveló altas concentraciones de plomo en sangre, lo cual produce anemia, convulsiones y daño cerebral, entre otras dolencias, en tanto que el 34 por ciento mostró mercurio en orina, lo que ocasiona irritabilidad, depresión e irregularidades hepáticas.
En el caso del mercurio, éste fue detectado en cinco niños cuyas edades oscilan entre los 4 y los 14 años y en un adulto de 60 años.
Los mapuches Paynemil, unas 80 personas en total, están en ese lugar desde 1903, aunque la tenencia de esas tierras -unas 4.400 hectáreas- la obtuvieron recién cuando el actual gobernador Felipe Sapag se las otorgó en 1964.

Los aborígenes llevan adelante una economía basada en la cría de ganado caprino, pero éste se encuentra virtualmente raleado y diezmado por la falta de pasturas y de agua potable.

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